Hablemos de probióticos
¿Qué son?
Se trata de cultivos y bacterias vivas con múltiples beneficios para nuestro organismo, que pueden obtenerse a partir de procesos de fermentación de algunos alimentos.
El hombre ha consumido alimentos fermentados por miles de años, y además de las fuentes comunes como el yogur y el queso, existen otras formas de fermentación con mayor concentración. El repollo fermentado en Alemania y Europa, el kéfir en Rusia, el Lasi en India, el Kombucha en Japón son algunos ejemplos.
¿Para qué sirven?
Nuestro sistema digestivo contiene una gran variedad de micoorganismos benéficos y la mayoría están en el colon, ellos tienen efectos positivos y negativos, los probióticos intervienen para que los benéficos se queden y los otros se eliminen.
Cuando tenemos un equilibrio adecuado de bacterias benéficas en nuestro intestino, obtenemos los siguientes beneficios:
- Buena salud de nuestra flora intestinal y una notable mejoría en la absorción de nutrientes y en procesos digestivos.
- Logramos expulsar organismos patógenos y desintoxicar naturalmente nuestro cuerpo.
- Nuestro organismo forma ácidos grasos que nivelan azúcar y grasas en la sangre.
- Fortalece nuestro sistema inmune durante toda la vida.
- Prevenimos ciertos cánceres en especial del sistema gastrointestinal.
Principales señales de desequilibrio
Las principales señales son: Hinchazón después de comer, dolor abdominal bajo, estreñimiento o diarrea constantes.
Mejores fuentes de probióticos
- Kefir: El kéfir es un lácteo similar al yogur, pero que ha sido fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras, por lo que es el probiótico perfecto. En general es rico en triptófano, calcio, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B y vitamina K.
- Kombucha: Es la bebida funcional “de moda”. Fermentada a partir del té negro con gran cantidad de bacilos y levaduras: Acetobacter, Gluconacetobacter y Lactobacillus, en su proceso de fermentación obtiene un sabor ácido y una pequeña cantidad de alcohol, tomarla con hielo es perfecta para los días de sol.
- Queso: Las variedades de queso más blandos, como los quesos frescos, la mozzarella o el cottage no solo tienen un gran aporte de calcio, también ayudan a nuestra microbiota.
- Yogurt y Kumis: Consideramos el yogur el alimento probiótico por excelencia. Una de las ventajas de consumirlo es que posee una proteína más digerible que la leche (con menos lactosa), lo que hace que se absorba mejor en el organismo.
- Pan de masa madre: El pan realizado a base de masa madre también hace un aporte probiótico a nuestra dieta. No solo eso, también es uno de los panes más saludables que podemos consumir.